Miles de personas en las provincias afectadas han trabajado para erradicar a las langostas antes de que alcancen su fase adulta, cuando forman enjambres y vuelan a terrenos de cultivo, donde causan daños significativos en las cosechas.
Según la FAO, una plaga este año podría suponer la pérdidas de hasta un cuarto de la cosecha de trigo, unas pérdidas económicas de entre 280 millones de dólares y 480 millones de dólares. La agencia de la ONU pidió financiamiento urgente para combatir a las langostas y estudios sobre el terreno para vigilar e identificar los lugares donde se reproducen los animales.
Afganistán sufre su tercer año consecutivo de sequía, lo que aumenta la presión sobre el país, que se encuentra sin liquidez, y sus gobernantes talibanes.
En abril, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios dijo que Afganistán necesita 4.620 millones de dólares en ayuda humanitaria para casi 24 millones de afganos necesitados.
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