Giancarlo La Vella - Ciudad del Vaticano
Un nuevo día de guerra entre Israel y Hamás. Según los observadores, se trataría de un ensayo general de la inminente invasión terrestre israelí. De hecho, las tropas israelíes entraron ayer varias veces en la Franja de Gaza, tanto con infantería como con vehículos blindados, realizando operaciones relámpago y marchándose después. Según fuentes israelíes, se destruyeron al menos cinco túneles en los que Hamás almacena armas y material militar. A este respecto, la dirección del ejército israelí mostró un mapa de los búnkeres palestinos en la Franja. El cuartel general de los fundamentalistas estaría situado incluso bajo el hospital civil de Gaza. Fueron alcanzados 150 objetivos palestinos.
Hamás: movilizar a todos los palestinos
Israel anuncia el comienzo de esta nueva fase del conflicto en la que Hamás experimentará la ira y la venganza israelíes. Mientras tanto, el movimiento insta a todos los palestinos, especialmente a los de Jerusalén Este y Cisjordania, a tomar las armas contra el invasor. Y precisamente en Cisjordania se produjeron ayer enfrentamientos entre soldados israelíes y grupos de palestinos, en los que tres perdieron la vida y otros 12 resultaron heridos en la ciudad de Yenín.
Estados Unidos: rescatar a los rehenes es una prioridad
Mientras tanto, Estados Unidos estaría discutiendo con Israel la posibilidad de una pausa humanitaria con el objetivo de que Hamás libere a los más de 220 rehenes israelíes, mientras la ONU acusa a ambas partes de crímenes de guerra.
El grupo palestino, sin embargo, descarta cualquier negociación a menos que cesen las incursiones israelíes en la Franja. La diplomacia estadounidense intenta encontrar una salida a la lógica que está regulando los acontecimientos en este periodo: por un lado, Israel muestra su puño duro con el objetivo de neutralizar a Hamás y recuperar a los rehenes; por otro, el movimiento palestino, cuya estrategia también incluye la utilización de los israelíes secuestrados.
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