Las celebraciones en honor a San Francisco de Sales, patrono de los periodistas, dan inicio al Jubileo del Mundo de la Comunicación, el primero de los grandes eventos organizados con motivo del Año Santo.
La mañana de este viernes, 24 de enero, en la Oficina de Prensa del Vaticano, en presencia del proprefecto de la Sección para las cuestiones fundamentales de la evangelización en el mundo del Dicasterio para la Evangelización, monseñor Rino Fisichella, del prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, y del secretario monseñor Lucio Adrián Ruiz, se presentaron las diversas actividades que amenizarán estos días.
En la Sala de Prensa estuvieron presentes también la Premio Nobel de la Paz, la periodista Maria Ressa, y el escritor Colum McCann, invitados este sábado a un encuentro cultural en el Aula Pablo VI.
El desafío de la esperanza
“Este Jubileo de la Comunicación es una experiencia humana universal: si vives una experiencia en primera persona eres capaz también de contarla a los demás de la mejor manera posible.
Éste es el propósito: los comunicadores son los primeros responsables de compartir positividad, belleza y espiritualidad con los demás. De esta manera podrán dar cuenta coherente de ello a lo largo de todo el año”. Lo dice monseñor Fisichella, según quien comunicar la esperanza representa un gran desafío: “Ni siquiera los artistas han sabido dar rostro a la esperanza.
La única representación que tenemos de ella es un signo cristiano, el ancla. Esa ancla proviene de un pasaje del Nuevo Testamento, pero encuentra confirmación en las catacumbas: ese es el signo de la esperanza ante la muerte. Comunicar que a pesar de la violencia y de la muerte, a pesar del mal que nos rodea diariamente, tenemos la certeza de una esperanza que no defrauda, significa que el bien siempre prevalecerá”.
La narración de la historia
“Quizás necesitamos volver a las raíces de nuestra vocación, de nuestra misión, de nuestra pasión por esta profesión de periodistas y comunicadores – comenta Ruffini – No hemos llegado a un callejón sin salida, pero probablemente nos hemos perdido un poco en un laberinto en el que todos nos comunicamos, pero no nos entendemos.
Este acontecimiento puede ser un momento de renacimiento, para los periodistas, pero no sólo”. Especialmente en una época en la que vivimos en un mundo donde “todos son comunicadores”, donde la comunicación está dentro de un paradigma tecnológico que tal vez necesita ser repensado para recuperar la belleza de compartir.
Es hora de repensar algunas cosas, tenemos tiempo de encontrar de nuevo el camino de la comunicación". Para el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, “somos tejidos de historias: las historias que nos contaban nuestros padres cuando éramos niños; las historias de nuestro país; nuestras historias familiares; las historias por las que hemos pasado.
Contar historias que inspiren buenas dinámicas ayuda a cambiar las cosas. Por eso también creamos el hashtag #hopetelling: conectemos una red que cuente la esperanza y veamos qué sucede”.
Un mundo de verdad
El Jubileo, por tanto, es un momento para comunicar la esperanza, para que no se convierta en «algo reservado a cada uno de nosotros; Más bien, es algo que recibimos para dar a los demás.
Para que el mundo entero, como dice el Papa, pueda comprender esta esperanza que viene de Dios. Ir al encuentro de los demás con una verdad que se pueda comunicar y sembrar esperanza”.
Monseñor Ruiz destaca lo importante que es “tomar estos granos de esperanza que hay en la realidad para que se conviertan en los puntos que tejen la historia”. Si todos, desde la pequeña realidad cotidiana hasta la macro realidad del mundo, pudieran mirar la verdad y la esperanza, las relaciones serían absolutamente diferentes. Éste es un poco el llamado del Papa Francisco y el sentido del Jubileo de la Comunicación: poder sembrar esperanza para crear un mundo que nos lleve adelante en la verdad”.
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