China instala 27.000 espejos en el desierto y supera uno de los grandes desafíos de la ingeniería moderna
China ha dado un paso decisivo en la carrera por la energía renovable con la puesta en marcha de la primera planta solar termosolar de doble torre del mundo, situada en el árido desierto del Gobi. El proyecto, desarrollado por Three Gorges Corporation, marca un avance técnico sin precedentes en la generación sostenible de electricidad a gran escala.
El desierto del Gobi, uno de los lugares más secos del planeta, ofrece condiciones únicas para la producción de energía solar gracias a sus más de 3.000 horas de sol anuales. En este escenario extremo, la nueva instalación china ha erigido dos torres de 200 metros de altura, rodeadas por un campo de 27.000 espejos (conocidos como heliostatos) diseñados para reflejar y concentrar la luz solar en lo alto de las estructuras.
Este innovador sistema aprovecha la radiación solar para calentar un fluido que puede alcanzar temperaturas de hasta 570 grados Celsius. El calor acumulado se utiliza para producir vapor y mover turbinas, lo que permite generar electricidad incluso después del atardecer o en jornadas nubladas. A diferencia de los paneles fotovoltaicos convencionales, la energía termosolar no depende exclusivamente de la luz directa, lo que la convierte en una de las pocas tecnologías limpias capaces de ofrecer energía estable y gestionable.
Un diseño que mejora la eficiencia energética
El sistema de doble torre representa una mejora del 25 % en la eficiencia respecto a las plantas termosolares tradicionales de torre única. Esta diferencia se debe a que cada torre está optimizada para captar la radiación en distintos momentos del día: mientras la torre oriental concentra la luz por la mañana, la occidental toma el relevo por la tarde. Además, los campos de espejos de ambas estructuras se solapan parcialmente, lo que reduce el número total de heliostatos necesarios y, por tanto, disminuye los costes de construcción.
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Según explicó el investigador Wang Zhifeng, de la Academia China de Ciencias, esta tecnología no compite con la fotovoltaica, sino que la complementa, contribuyendo a garantizar el suministro cuando el sol ya no incide directamente sobre los paneles.
La planta forma parte de un complejo energético que integra también parques eólicos y solares en las provincias de Gansu y Xinjiang, y se estima que podrá suministrar electricidad a más de medio millón de hogares al año. Actualmente, China opera 21 plantas comerciales de energía termosolar con una capacidad combinada de 1,57 millones de kilovatios y cuenta con otros 30 proyectos en desarrollo que añadirán más de 3 millones de kilovatios adicionales.
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